Cuando estoy fuera de casa, mi nariz es como un detector de hambre: en cuanto huele algo bueno, mi estómago empieza a rugir.

Hace muchos años, de vacaciones con mis padres, descubrí la importancia de prestar atención a los detalles de mi entorno en un simple paseo por las calles.

Mientras paseábamos por las estrechas y sinuosas calles de una pequeña ciudad en el corazón de Córcega, un extraño olor llamó mi atención. Me recordaba a la masa de pan recién horneada, pero no tenía ni idea de dónde procedía. Intrigado, decidí que la familia siguiera mi olfato hasta su origen.

Después de caminar unos minutos, apareció ante nosotros una pequeña panadería escondida en un callejón insólito. Entramos y enseguida me impresionó el calor del horno y el olor a masa de pan cociéndose. Detrás del mostrador, una anciana amasaba la masa con sus manos expertas, hablando un rápido dialecto local que no entendí en absoluto.

Me fascinó su mirada, su técnica y la forma en que iluminaba el lugar. Este sencillo paseo me mostró la importancia de prestar atención a los detalles de mi entorno, incluso cuando estoy de vacaciones y se supone que debería estar relajándome.

Esta experiencia también me recordó la importancia de seguir mi intuición y a no tener miedo de descubrir cosas nuevas. Si no hubiera seguido mi olfato y explorado esta panadería escondida, nunca habría tenido la oportunidad de descubrir esta emocionante experiencia.

La observación es una valiosa habilidad que puede ayudarnos a descubrir cosas nuevas y a aprender de nuevas experiencias. Así que la próxima vez que salga a caminar o a pasear por su barrio, tómese el tiempo necesario para prestar atención a todos sus sentidos y seguir su intuición. Nunca se sabe lo que se puede descubrir.

¿Por qué no terminamos con un pequeño ejercicio de descripción? ¡Imagina a la mujer de tu viejo panadero!

• Imagina cómo era esta panadería, descríbela
• Imagina a tu vieja, su aspecto, su cara, su ropa, su forma de hablar y cómo iluminaba la habitación.

Cierra los ojos y huele el pan recién horneado. Que tenga un buen día.